jueves, 15 de octubre de 2009

Como la plebe no me deja ser princesa

Es increíble lo gilipollas y mal educada que puede llegar a ser la gente, así es casi misión imposible poder ser una princesa medianamente "decente".
Cada día me ponen pruebas desconocidos varios para comprobar si soy o no una princesa en condiciones, y precisamente no me ponen un guisante debajo de 20 colchones por si duermo mal. La gente no es tan delicada y el riego no les da para tanto. Normalmente, las pruebas en cuestión son soportar empujones (en metro, bus,...), notar como alguien te grita en el oído por no levantarse y hablar con otro que está al fondo de una sala (perrería gratuita), entrar en algún sitio y dar los buenos días y que se hagan los sordos (¡eso lo odio!),....
Esto pueden parecer hechos sin importancia pero a mi los malos modos me hacen hervir la sangre la sangre aunque como buena princesa hago lo siguiente:
- Inspiro, respiro y me cagoensuputamadre para mis adentros.
¡Oye! Y mano de santo. Lo juro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario